El tabaco afecta al aspecto físico casi inmediatamente

 El mal olor lo impregna todo: la casa, la ropa, la piel, los dedos y el aliento.

Amarillea los dientes y crea un exceso de placa dental.

Causa mal aliento.

Provoca arrugas en la piel, por lo que da apariencia de tener más edad.

Provoca un envejecimiento prematuro de la piel debido al desgaste de las proteínas que le dan elasticidad, la depleción de la vitamina A y la reducción del riego sanguíneo.

Las arrugas son más visibles en torno a los labios y los ojos. Además, el tabaco deja la piel seca y curtida.

Aumenta el riesgo de padecer psoriasis, una enfermedad inflamatoria y no contagiosa de la piel que se manifiesta en forma de manchas rojizas, pruriginosas y exudativas que afectan a todo el cuerpo.